Carmen F. Sigler

Tres mujeres, en una situación vital biográfica crítica, realizan tres acciones en espacios diferentes: una calle bulliciosa, el interior de una casa y una oficina. Sobre cada escena realista (una mujer abandonada en la calle, una escena hogareña de incomunicación familiar y una situación de estrés laboral) la imagen de Carmen F. Sigler se superpone como contrapunto y comentario de acción.

En la primera escena asistimos al abandono que sufre una mujer pobre tirada en la calle, aludiendo a la feminización de la precariedad. Sobre esa situación se superpone la imagen de la artista, que trata de acostarse junto a ella. En el segundo escenario, cuatro mujeres comparten un momento de intimidad en una sala de estar, pero no se comunican. Sigler se sitúa delante de la escena y, mirando a cámara, se saca de la boca palabras escritas en trozos de papel que juntas componen la frase: «palabras que se ocultan». En la escena final, la artista, sentada en una mesa de oficina, remueve compulsivamente documentos de trabajo. Sobre esta mujer estresada se desdobla una mujer relajada que hace pompas de jabón y nos invita a escapar de la presión laboral.