Tiempo, 1996
Una gota de sangre recorre el cuerpo de la artista desde el rostro hasta los pies. Se trata de una declaración de intenciones sobre la capacidad de las creadoras para ofrecer perspectivas propias del cuerpo femenino fuera de la mirada patriarcal. La obra, convertida en un clásico del videoarte español, por una parte, recoge la tradición de la videoperformance feminista que se desarrolló durante los años 70 y 80 —por ejemplo, visible en los trabajos de la artista Joan Jonas (EE.UU., 1936) pionera de la performance y el vídeo que también trabajaba con el cuerpo fragmentario, los espejos, la máscara y el autorretrato—, y por otra, alude a la idea de ritual ancestral en el que la sangre juega un papel simbólico para las mujeres, que se presenta en este caso de un modo hermoso y evocador. La obra también puede ser leída, desde una mirada más universal, como afirmación de «presencia y autoconocimiento vital», asumiendo el reloj biológico de cada ser humano y la finitud de la existencia. A la imagen de la gota de sangre dibujando una línea de vida en su recorrido por el cuerpo fragmentado la acompaña el sonido de los latidos del corazón.
TIEMPO
1996
Vídeo, 3 min 30 s
Proyecto y edición: Carmen F. Sigler
Grabación: Carmen F. Sigler
Medios técnicos: Ático 7 SA