En la piel de la barbarie, 2018
Basada en la pintura de Rubens El rapto de Hipodamía (1636), donde se ilustraba el secuestro de una mujer el día de su boda por el centauro Éurito, Sigler nos propone reflexionar desde el ahora sobre el significado de las escenas de raptos de mujeres transmitidos por la historia de la pintura.
Para la grabación del vídeo la artista trabajó con un grupo de chicas y chicos adolescentes de entre quince y dieciocho años que activan y conectan el debate con nuestra época. La obra permite analizar el papel de las iconografías artísticas repetidas en la continuidad de ciertos hábitos sociales, entre ellos la perpetuación de la violencia contra las mujeres.
Formalmente, se ha dotado a la pieza audiovisual central de un fascinante tiempo ralentizado que permite al espectador adentrarse en el interior de las imágenes y realizar gracias a ellas una reflexión más profunda.
Alas que arraiguen y raíces que vuelen
EN LA PIEL DE LA BARBARIE
2018
9 min
Proyecto y edición: Carmen F. Sigler
Cámara: Francisco L. Rivera (PKK) José Ramón F. Soto
Fotografía: Francisco L. Rivera-PKK y Carmen F. Sigler
Coordinación: Ángeles Quesada Fernández
Dir. de interpretación: Marga Morales Moreno
Con la participación de Alexander López
Fernández, alumnas y alumnos del IES Alonso Cano de Dúrcal (Granada): Soraya Chávez Martín, María Fernández Morales, Carmen Matilde Martín Iglesias, María Puertas Esturillo, Imane Bonasriya Rharsallah, Faustino Padial Cimarro, Manuel Capilla Ferrer, Jaime Aguilar Redondo, Antonio Agustín Cebrián Cedrés y Jesús Padial Puerta.
En este díptico fotográfico, que homenajea en el título uno de los aforismos del poeta Juan Ramón Jiménez, se invierten los arquetipos clásicos que asocian lo terrenal a las mujeres y lo espiritual a los hombres, para proponer un equilibrio entre cabeza y corazón que incluya a todas las personas más allá de los estereotipos de género.
La imagen del chico conecta con la expresión «alas que arraiguen». Suspendido, debe bajar a la tierra para integrarse en ella. Y la de la chica conecta con «raíces que vuelen». En palabras de la artista: «Culturalmente a las mujeres se las ha identificado con lo terrenal y sería preferible fusionar o completar al ser y no dividirlo». La presencia del polvo dorado, que Sigler ha utilizado en distintas acciones para invocar la magia del acto creativo, presagia la liberación y la fusión de los opuestos: lo vivo y lo muerto, lo espiritual y lo terrenal, lo orgánico y lo inorgánico, lo soñado y lo vivido.
Alas que arraiguen y
raíces que vuelen, 2008
Impresión digital sobre aluminio
2 piezas de 70 x 112 cm c/u