Sincronismo, 1996
El cuerpo de la artista como campo energético de resonancias es el
protagonista de esta pieza que conecta con la tradición de la performance feminista que se desarrolló desde mediados de los años 60 en distintos países. Vestida de negro, y adoptando una actitud distanciada con la audiencia,
Sigler utiliza su cuerpo como un instrumento para desplegar un repertorio de toques percusivos sobre distintas partes de su anatomía. Un ritual de búsqueda de lo esencial: el tacto y el sonido, que prescinde de todo lo superfluo. Vista en perspectiva, esta pieza clásica del videoarte español ha tenido una enorme influencia en artistas feministas posteriores. A la rotundidad y honestidad de la acción, puede añadirse una lectura espiritual, como si asistiéramos a un ritual de purificación. La corporalidad como fuente de luz, de electricidad ancestral. El sonido como emisor de emociones e intuiciones más allá de
lo ficticio.
SINCRONISMOS
1996
Vídeo, 4 min 34 s
Proyecto y edición: Carmen F. Sigler
Grabación: Carmen F. Sigler
Medios técnicos: Ático 7 SA